viernes, 17 de febrero de 2017

Epidemia de baile de 1518

Epidemia de baile de 1518
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Grabado de Hendrik Hondius.
La epidemia de baile (o la plaga de baile) fue un caso de coreomanía ocurrido en Estrasburgo (Francia) en julio y agosto de 1518. Diversas personas comenzaron a bailar sin descanso durante días y, al cabo de aproximadamente un mes comenzaron a sufrir invalidez en las piernas, ataques epilépticos, la mayoría murió como consecuencia de infartos, derrames y agotamiento.
Se desconoce el porqué de esta «epidemia», aunque se supone que se trató de un caso de histeria colectiva.1
Índice
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·         1Acontecimientos
·         2Véase también
·         3Referencias
·         4Bibliografía adicional
·         5Enlaces externos
Acontecimientos[editar]
Los hechos se iniciaron a mediados de julio de 1518 cuando una mujer llamada Frau Troffea comenzó a bailar fervorosamente en una calle de Estrasburgo.2 Este hecho se mantuvo por cuatro a seis días. En una semana se habían unido 34 personas más y en un mes cerca de 400 bailarines. Algunas de estas personas finalmente murieron de ataques al corazón, derrames cerebrales o agotamiento.2
Documentos históricos, incluyendo «apuntes de doctores, sermones, crónicas locales y regionales e incluso notas publicadas por el municipio de Estrasburgo» son enfáticas en que las víctimas bailaban.2
A medida que la «epidemia» de baile empeoraba, nobles preocupados con lo acontecido buscaron el consejo de médicos locales, quienes sugirieron causas astrológicas y sobrenaturales, en vez de anunciar que la epidemia se debía a una enfermedad causada por un aumento en la temperatura de la sangre. Sin embargo, en vez de prescribir sangrías, las autoridades persuadieron a que la gente continuara bailando, en parte abriendo dos mercados e incluso construyendo un escenario. Lo anterior debido a que creían que si las personas bailaban día y noche se mejorarían. Para incrementar la efectividad de la cura, incluso contrataron músicos para mantener a los enfermos bailando.3Algunos de los bailarines fueron llevados a capillas, donde buscaron la cura de su enfermedad.
El historiador británico John C. Waller (fl. siglo XXI) afirmó que ni siquiera un corredor de una maratón podría haber resistido un intenso trabajo físico como este que mató a hombres y mujeres siglos atrás. Asimismo, señala al menos 7 casos más de epidemias de baile en la misma región.4 Además, Waller propuso en su libro A time to dance, a time to die: the extraordinary story of the dancing plague of 1518 (2008), que una posible época de extrema hambruna pudo provocar fiebres altas que impulsaron momentos de desenfreno sin control.


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